Después de unas semanas de inquietud en la cúpula directiva de las IndyCar Series, se ha confirmado este domingo el despido de Randy Bernard como Presidente Ejecutivo (CEO). La decisión se tomó en una reunión de emergencia de la Junta Directiva de la empresa Hulman & Co., propietaria de la categoría y del circuito de Indianápolis. Bernard continuará cumpliendo funciones de asesor, mientras que la Presidencia de la categoría será ejercida interinamente por el Presidente del Indianápolis Motor Speedway (IMS) Jeff Belskus.
La lucha por el poder en la IndyCar comenzó con el intento fallido de adquirir la categoría por parte de Tony George, fundador en su época de la Indy Racing League (IRL) y cabeza visible después de la fusión con la CART de la nueva IndyCar. La jugada terminó con un despido fulminante, vestido de renuncia, de George y su salida de la junta de la empresa familiar de los Hulman de la que él también forma parte. De hecho la Presidenta actual de la compañía es nada menos que su propia madre Mari Hulman George de 78 años.
Tony George ha sido considerado en los medios norteamericanos como el gran responsable de la pérdida de popularidad de la categoría de monoplazas en favor de la NASCAR.
Randy Bernard por su parte procedía del mundo de los rodeos, siendo el promotor de la categoría de los jinetes de toros específicamente. Su adaptación al mundo de las cuatro ruedas, en lugar de las cuatro patas, no fue fácil, pero consiguió llevar adelante la renovación de la IndyCar con nuevos chasis y motores. La temporada que acaba de finalizar bajo el nuevo reglamento puede calificarse de exitosa en el aspecto deportivo y resulta llamativo que se le pague con un despido tan fulminante, aunque en el comunicado oficial se hable eufemísticamente de que “abandona el puesto” si dar más explicaciones.
Lo cierto es que Bernard siempre ha tenido una serie de enemigos más o menos declarados dentro de la Junta Directiva y entre los propietarios de los equipos de la Indy. Según los rumores que circularon estos días, las pérdidas de este ejercicio llegaron a 7 u 8 millones de dólares y Randy habría presentado un presupuesto para 2013 que no parece haber caído muy bien entre los directores de la categoría.
Jeff Belskus ha comunicado que se comenzará inmediatamente a buscar un sustituto para el puesto de Bernard, pero sin una agenda concreta, garantizando que los planes para la temporada 2013 seguirán su camino sin interrupción. Para terminar, el ejecutivo volvió a asegurar que “la IndyCar no está en venta” y que la empresa propietaria sigue absolutamente comprometida en la operación de la categoría.
Los próximos meses serán complicados sin duda para asegurar el futuro de una categoría emblemática de automovilismo norteamericano.
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DOSEFES
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