Hamilton, el “Cryng baby” que “pese a todos” va por los récords de la Fórmula Uno

“Cryng baby” (bebé llorón) es una expresión que se utiliza en el deporte norteamericano para señalar a quien protesta todo, asume que todos están en su contra y lo hace no obstante esté ganando -a lo que sea- con suficicencia.

No es que se me antoje el colocar a Lewis Hamilton es dicha categoría, pero ante su doble y justa penalización en Sochi, reaccionó como un chico con rabieta: “todo esto es para enlentecerme…” como si hubiera un complot entre los Comisarios Deportivos para castigarle en aras de quitarle de su nube galáctica haciéndole terrenal y por lo tanto a la altura del resto.

No hay duda que no lo está. Vuela por encima hace ya buen rato, pero al margen de su talento siempre es mas fácil correr con el caballo del comisario, no? Una pequeña prueba es que los siete Grandes Premios de Rusia hasta ahora disputados en Sochi han sido ganador por Mercedes.

En carreras de autos la dependencia en éste es determinante del resultado. ¿O se imaginan a Hamilton peleando el Campeonato en un Williams o un a Alfa Romeo?

Desde que la F1 ingresó en la era turbo híbrida, Mercedes ha ganado todos los títulos y la gran mayoría de las carreras y como nunca -es mi opinión.- tiene tanta incidencia el auto por sobre el piloto, tan es así que no hay quien no me diga “que aburrida que está la F1”.

Me es fácil imaginar a un George Russell peleando la Pole con el Mercedes W11…pero no, por ahora es un talento desperdiciado en un auto muy inferior, a la espera de poder escalar otra escalera. Es que para él, a sus 22 años, hace ya dos temporadas que se terminó su ascenso por el Europeo de F3, y los títulos en la GP3 Series y en la F2 de la Fia, arribando en 2019 a la F1. Pero podríamos decir que aún no llegó a ningún lado pues en 31 carreras no ha conseguido ningún punto, y sus grandes logros, en 2020, han sido ocasionales pasajes de la Q3 a la Q2.

Está en la F1, pero no tiene el auto como para sentirse parte de ella y va pelando escalón por escalón atrayendo consideración de los equipos grandes, como para que un día le consideren para manejar un auto mejor.

Hamilton, protegido por Ron Dennis , firmó su contrato como uno de los “Young Talents” del equipo Mc Laren, a sus 14 años y cuando estuvo apto para correr en la F1, a sus 22, en 2007, durante sus primeras siete carreras quedó una vez tercero, cuatro veces segundo y dos veces primero, terminando la temporada como Vice detrás de Kimi Raikkonen, en el que por ahora viene siendo el último Campeón de Pilotos con Ferrari.

No es el caso del 99,9% de los pilotos de automovilismo, es la absoluta excepción que tiene hoy seis títulos, y pronto serán siete, gracias a Mc Laren (2008) y a Mercedes (2014, 15, 17, 18 y 19), el año pasado marcando un récord de puntos con 413.

Aquella del “caballo del Comisario” que mi padre solía aplicar a Fangio (“opinable, Papá, opinable”) lo ha hecho el primer y único jinete negro (mulato) en cabalgar como nadie al mejor pingo, este año un zaino tan dominante que ha ganado 8 de las 10 carreras disputadas. seis de ellas por Lewis.

¿Y de que se queja?

Video del porqué: https://youtu.be/nq-n9K7TxY4

De las penalidades, dos de 5 segundos, que le aplicaron por haber practicado largadas en zonas no permitidas, algo de lo que específicamente le instruyeron a los equipos antes del domingo. Al parecer, Lewis no fue informado por Mercedes (¿o si?) y cuando el piloto solicitó por radio hacer una práctica, apenas pasada la zona de boxes (en las vueltas previas a integrarse a la grilla) le dijeron que sí. Luego, la segunda vez fue un poco más allá del fin de boxes, buscando un asfalto menos engomado y mas parecido al que tendría en la grilla. Resultado: dos infracciones, igual a dos penalizaciones que debió cumplir con su auto esperando a que la calzaran las gomas nuevas, durante diez eternos segundos.

Evidentemente esto incidió pues Lewis volvió a pista muy atrás abocado a despachar uno a uno a los autos notoriamente mas lentos hasta llegar al tercer puesto, ya con sus gomas al límite. De cualquier forma, 15 puntos, sólo podibles -antes que nada- por el W11.

Hamilton no aceptó las penalidades. Primero dijo por la radio del equipo “y dónde dice eso el reglamento” y luego lo de “cualquier cosa con tal de ententecerme”. Recién cuando horas mas tarde, Mercedes batallando para conseguir no se le impusieron dos puntos mas de inconducta a la Super Licencia de Hamilton, se supo a través de las comunicaciones completas que entregó Mercedes, que había sido el propio equipo el que había instruído a su piloto a practicar sus largadas -mas o menos en esos lugares-. Y consiguieron que le sacar esos puntos que le llevaban de 8 a 10 y le ponían a 2 de los 12 que significan suspensión por una carrera.

De la historia siempre se saben detalles parciales, pero Mercedes ha querido echarse a la culpa a si mismo, y así el equipo recibió una multa de 25.000 Euros.

Lo que sí quedó bien en claro es que los Comisarios Deportivos, con el director de la carrera, Michael Masi, en cabeza, informaron sobre el tema prácticas de largada, a todos los equipos y en detalle, por lo que Lewis debería disculparse ante ellos. Nadie lo quiso enlentecer, y si no pudo pelear la victoria fue por los que siempre se la hacen posible: su equipo.

Suele suceder que deportistas en la cima tiren detritos hacia abajo, y Hamilton no ha sido la excepción, en un año que lo ve abocado aparte de manejar a convertirse en una de las caras visibles de la campaña contra el racismo. Hasta allí todo bien, pero que suba a un podio con una remera en la que se leía: arresten a los policías que mataron a Breonna Taylor….

No era, ni es el lugar para ese tipo de mensaje y así lo ha terminado de comunicar la FIA que ha instruído a todos los pilotos a que no luzcan nada mas que su antiflama una vez en el podio.

Por supuesto que Hamilton no se calló: ““Una cantidad de reglas han sido escritas para mi en estos años y nada me ha detenido…”

“Cryng baby…”