Hamilton inició su día con pesar y se fue de Baku con la carga de un error y un “botón mágico” que le hizo desaparecer su chance

El Tuit de Lewis, anoche.

Dentro del abatimiento general de todo el equipo Mercedes, que por vez primera desde 2012, no tuvo a ninguno de sus dos pilotos en los puntos, Lewis Hamilton sintió especialmente “su error” poniéndose sobre su espalda la posibilidad de victoria que se escapó, o la de ser segundo para volver al comando del Campeonato.

El equipo Mercedes AMG no consiguió un auto competitivo -para Lewis- hasta la clasificación que no obstante haber terminado con bandera roja le reservó el segundo lugar de la grilla, detrás de Leclerc y su Ferrari. No tuvo necesidad ni del DRS para dar cuenta del monegasco a poco del inicio, pero a partir de ahí, Red Bull fue mejor en las detenciones de Verstappen y Pérez y los devolvió a pista en el 1-2.

El posterior accidente de Max, y la relargada faltando dos vueltas eran la frutilla que le faltaba al postre que se quería deglutir el de Stevenage, que sabiendo que la primera curva era su oportunidad de superar a “Checo” preparó sus frenos y la temperatura de sus gomas como siempre en esa curiosa vuelta previa., con el “Magic Button” accionado. Ya detenidos y a la espera de que se apagaran los semáforos, un extraño humo saliendo del tren del tren delantero del Mercedes mostraba algo inusual. El diálogo, que publicamos en el comentario de la carrera, entre el Campeón y su Ingeniero explicó cual sería el problema que impidió el correcto funcionamiento de los frenos traseros y que determinó que Hamilton en vez de doblar -habiendo obtenido ya la cuerda- siguiera de largo por la vía de escape, retomando la carrera en el último lugar. A esa velocidad, si doblaba, se hubiera estrellado contra el amenazante y durísimo muro externo de la curva 1.

El Magic Button incide en el balance de los frenos, aplicando una fuerza extra a los delanteros lo que produce un calor extra que se irradia a los discos y a los neumáticos delanteros. Se desconecta antes de largar -o del relanzamiento detrás del Safety- para que el balance retorne a normal, pero según parece Lewis lo desconectó y volvió a conectar, por lo que llegó a esa curva sin frenos traseros.

“Hoy ha sido una experiencia que te da una lección de humildad. Trabajamos muy duro para volver a estar entre los diez primeros después de una semana complicada aquí en Bakú. Lo dimos todo y un pequeño error hizo que se apagaran los frenos. Lo siento por el equipo, volveremos más fuertes para la próxima carrera”.

Ya el día había comenzado mal para Lewis, enterado del fallecimiento de Mansour Ojjeh, co propietario del equipo Mc Laren que le dió su primera oportunidad en la F1.

“Siento dolor, mucho dolor, porque ademas he perdido a un amigo esta mañana. Quería conseguir un buen resultado por él. Estas experiencias te enseñan, es difícil pero ahora hay que pensar en la próxima”

Mansour Akram Ojjeh, quien falleció ayer a sus 68 años, fue durante cuatro décadas una figura habitual en el box de Mc Laren, gran parte en sociedad con Ron Dennis. Hijo de padre saudí y madre francesa, era dueño de TAG (Techniques d´Avant Garde) empresa con sede en Luxemburgo pero con intereses globales, entre ellos el Mc Laren Group, del cual era uno de los principales accionistas. Educado en los Estados Unidos, y recibido en Administración de Empresas en el Menlo College de California, Ojjeh recibió un doble transplante de pulmones en 2013 y volvió a su vida normal a los pocos meses.

En todo ese tiempo con Mc Laren disfrutó los títulos mundiales de Niki Lauda, Alain Prost, Ayrton Senna, Mika Hakkinen y Lewis Hamilton, amén de 9 Campeonatos de Constructores, en sociedad – a través de sus motores – con Porsche, Honda y Mercedes.

Pocos años después su posición en el directorio del Mc Laren Racing fue asumida por su hijo, Sultan, de 29, pero Mansour siguió involucrado por ejemplo en la partida de Ron Dennis, con quien la amistad de años se había roto por un problema personal.

Zack Brown, actual director deportivo del equipo Mc Laren de F1 dijo ayer: “Mansour era ultra competitivo, determinado, apasionado y por sobre todo un deportista. No le importaba la intensidad de una batalla, el ponía al deporte siempre primero”.

La próxima carrera será el GP de Francia en Le Castellet y quizás sea el momento de dedicarle una victoria a un hombre que Hamilton terminó definiendo así: “era un gran amigo. Tenía un corazón muy grande y siempre estaba sonriendo. Estoy agradecido a la vida por haberle conocido”.