El Campeonato Mundial de Rally, sin ser lo que era, sigue siendo la segunda especialidad regenteada directamente por la Federación Internacional del Automóvil.
Muy lejos está, en la atención que prensa y público le dispensan de la F1, y por ello no seremos multitudes los que seguiremos atentamente lo que suceda entre el 3 y el 6 de Octubre, con el Rally de Francia.
Sólo un punto separa a Sebastien Ogier de su primer título y el único que se interpone en el festejo es el belga Thierry Neuville.
Sin embargo, por sobre el título -que es cuestión de puro trámite- una nube se cierne sobre Ogier y es justamente otro Sebastien. Sí, Loeb, que este año se “retiró” del Mundial, salvo por su participación en cuatro pruebas. Y justamente la que le queda, es Francia, en su tierra alsaciana y sobre asfalto, dónde siempre fue superior a todos en su impresionante reinado desde 2004 a 2012, con nueve títulos consecutivos.
No es lo mismo para Ogier, quien con su Volkswagen ha dominado este 2013, ser Campeón si Loeb gana. No, lo es y el mismo Ogier ha sido muy claro: “bueno, no es lo que yo desearía…”
Es que Ogier hizo su escalera a la sombra de Loeb, con quien fue compañero en el equipo Citroen. Y si de allí se fue, a un año sabático antes de correr para VW, fue precisamente porque ya había crecido lo suficiente como para discutirle el “1” al eterno Campeón.
Con la rivalidad surgida entre ambos, este Rally de Francia resulta muy especial y será una batalla a muerte entre los dos Sebastien. Uno, por demostrar que si bien se encaminó al Mundial de Turismo, sigue tan vigente como siempre y el otro, por certificar que “todos”, incluyendo el gran Loeb, están incluídos en su Reino.
Comentarios