El “International Isle of Man Tourist Trophy”, es para el amante del motociclismo algo lejano y sagrado. Lejano porque aparece una vez por año y no tiene una gran difusión global y sagrado por una historia que se remonta a 1907, cuando por vez primera se disputara esta tremenda competencia en carreteras cerradas al tráfico, siguiendo la ruta de la montaña Stoefel, en formato contrareloj, en la famosa isla ubicada entre Irlanda e Inglaterra.
Hace falta mucha valentía o inconciencia, o al menos una buena mezcla de ambas, para correr a fondo en una ruta de rectas, curvas y saltos, arriesgando la vida a cada instante.
Son unos 60 kilómetros y el promedio récord para el recorrido lo tiene Michael Dunlop, sobre una BMW S1000RR con espeluznantes 215 k.h., el año pasado, tras pasar en algunos tramos a 330 k.h.
En estos días la Isla de Man está repleta de visitantes de todo el mundo que llegan al lugar para ver los entrenamientos y las carreras de varias categorías.
A jueves, Ian Hutchinson ha realizado el mejor promedio en los dos primeros días de entrenamiento con su BMW, a 120 mph (206 k.h.) seguid0 justamente de Dunlop ahora con una Suzuki, y por Dean Harrison con una Kawasaki.
Todo esto en la “Senior TT” la categoría mayor dónde en otras épocas han ganado grandes como Mike “The Bike” Hailwood, quien obtuvo nueve campeonatos del mundo de motociclismo, entre los años 1961 y 1967 y a su vez corrió 50 Grandes Premios de Fórmula 1 (Lola, Lotus, Surtees y Mc Laren), en los cuales obtuvo dos podios, aunque en esta faz deportiva es mas recordado por haberle salvado la vida a Gianclaudio Regazzoni, en 1973, en el circuito sudafricano de Kyalami. Hailwood detuvo su auto, se bajó y rescató del monoplaza en llamas al suizo, en uno de los actos mas heroicos que se recuerden en la historia de la F1.
El Tourist Trophy es también famoso por su costo en vidas, ya que compitiendo se han matado mas de 200 pilotos. Sí, leyó bien: 200.
Y nadie tan emparentado con las mil historias de esta carrera, que el de la familia irlandesa, del norte, los Dunlop. Es que Joey ganó en 26 oportunidades la “TT” en varias categorías y también muchas otras pruebas, como la “Ulster GP” (24) y la “Northwest” 200 (13), hasta perder la vida, en Estonia, corriendo con una pequeña 125 cc. en el año 2.000.
A su funeral asistieron más de 50.000 personas llegadas de todo el mundo. Esa cifra te da una idea de la admiración que se sentía por él. Porque fue un gran piloto, pero ante todo fue una gran persona. Un hombre sencillo, que entre carrera y carrera servía cervezas en su “Joey’s Bar” de su ciudad natal de Ballymoney.
Buscando y leyendo, me encontré con que aparte de sus éxitos deportivos, una de las cosas que le hicieron ser una persona muy reconocida fue su faceta solidaria. Es que fueron muchísimos los viajes en solitario a los Balcanes, con su furgoneta cargada de comida, ropa y provisiones para los más necesitados, los niños que vivían en los orfanatos de una zona asolada por la guerra de 1991. Su incansable labor humanitaria fue premiada en 1996 con la Orden del Imperio Británico (OBE). Ya en 1986, la había obtenido (MBE) por su trayectoria deportiva. Muchos decían que en Ulster era mas famoso que George Best, el mejor futbolista norirlandés de todos los tiempos. ¿Te acordás de aquel zurdo tan carismático?
La familia Dunlop siguió a fondo cuando murió Joey, y Robert, su hermano menor continuó ganando carreras, muchas de ellas en circuitos. Ya había conseguido el GP de Macau en 1989 y enhebraría cinco victorias en el Tourist Trophy, entre otras, cuando se mató en 2008 entrenando para la “North West 200”, con sus hijos William y Michael, también pilotos.
Al día siguiente de la carrera, los hijos se presentaron con sus motos prontas para correr. El motor de William falló en la largada, pero Michael fue un demonio y ganó, provocando emotivas escenas en la llegada. Con sólo 19 años, el menor de los hijos de Robert celebró su triunfo cargando el ataúd de su padre…
Estas historias que voy descubriendo y que nacieron en la idea de escribir sobre una nueva edición del “Tourist Trophy”, en pocos días mas, mucho me recuerdan a Dante y Juan Carlos, mi padre y mi tío, fanáticos de las motos que tanto me hablaban de sus épocas en el circuito de tierra de la Barra de Santa Lucía, en tanto me llevaban a ver a Raúl Villaveirán y su Norton 500 plateada y se referían al gran Giacomo Agostini y su MV Augusta y su récord de 15 títulos mundiales.
No habría un Valentino, sin los Mick Doohan, Wayne Rainey, Kenny Roberts, Barry Sheene o mas atrás con “Mike the Bike”, John Surtees, Anton Mang, Angel Nieto. Ni un motociclismo tan atractivo como el MotoGP, Moto 1 o Moto2, sin los grandes clásicos, como el surgido con el primer Tourist Trophy, un 28 de Mayo de 1907, cuando Charlie Coller con una Matchless de un cilindro ganó a una velocidad promedio de 62 k.h.
En este fin de semana dónde la Isla de Man exportará al mundo su mejor producto, este pequeño homenaje a cabos sueltos que juntos hacen a la historia del TT.
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