Takuma, ciclismo, F1, Indy y ahora a los 43 el lujo de ganar otra vez las 500 Millas

Ganar las 500 Millas de Indianápolis no es para cualquiera. Y hacerlo dos veces, menos. Por ello, Takuma Sato ha puesto su nombre en el trofeo “Borg Warner” pero sobre todo en el de capítulos excepcionales de la historia del famoso autódromo que ayer, por vez primera en su historia, pandemia mediante, disputó su famosa prueba sin público y en Agosto, en vez de Mayo.

Takuma ya era cultor de la velocidad, de acuerdo a lo que la edad le permitía y por ello fue Campeón liceal de Japón en ciclismo, cuando tenía 14 años. Por aquel entonces rondaba una máxima de 60 k.h., ayer lo hizo a 350 de promedio para imponerse, a diez años de su debut en la IndyCar, por segunda vez en las famosísimas 500 Millas en el añejo óvalo inaugurado en 1911.

Sato besa la famosa “yarda” de ladrillo tras haber ganado por segunda vez las 500 Millas de Indianápolis.

La primera vez fue en 2017, corriendo para el equipo Andretti Autosport. Ahora, para el Rahal Letterman Lanigan Racing, y con el toque de fortuna necesario, ya que el japonés era puntero , faltando cinco vueltas. pero acechado por Scott Dixon (quien habia liderado 111 de las giros disputados) cuando un violento accidente de Spencer Pigot, dejó la salida de la curva 4 con el auto del joven norteamericano despedazado, en tanto la ambulancia llegaba con urgencia para atender al piloto, que felizmente no presentó luego nada grave.

Había dos alternativas para los organizadores: bandera roja, limpiar el lugar del accidente y volver a largar para cumplir esos cinco giros finales o que los autos transitaran lentamente, bajo banderas amarillas, hasta cumplir el recorrido total. Y fue esto último lo resuelto, por lo que Dixon se quedó con las ganas de pelearle la victoria al japonés que paseando llegó a la bandera a cuadros y al litro de lecho que es toda una tradición para el ganador de las “500”.

Imagino lo que habrá pasado por la mente de Takuma en tanto aguarda esa decisión…Es que en 2012 lo había arruinado todo al intentar pasar a Dario Franchitti en el último giro para terminar contra el muro cemento: “Había decepcionado al equipo y a sus dueños, Rahal-Letterman-Lanigan. En 2017 mi ambición personal de ganar las 500 Millas llegó, pero fue para otro equipo por lo que ahora tenía la oportunidad de arreglar aquello, diez años despues. He hicimos el 1-3 con Graham (el hijo de Bobby Rahal) completando el podio, de manera que estoy muy contento por ellos y por mi, pues aquel mal sabor me había quedado en la boca desde 2012…Si no ocurría el accidente de Spencer, sabía que Scott atacaría con todo, pero yo todavía tenía como para pelearle”.

DE AQUELLOS TIEMPOS EN LA F1

Antes de llegar a la IndyCar (o ChampCar en su momento), Takuma corrió 90 Grandes Premios de F1 entre 2002 y 2008 y me tocó relatarlos por Canal 4. No recuerdo nada especial del japonés, salvo que podía ser muy veloz, pero también muy capaz de provocar el accidente mas tonto.

Una constante en su paso por la F1. Aquí tras la rotura del motor Honda del BAR.

Corrió para Jordan, BAR y Super Aguri y sólo obtuvo un podio, en el GP de los Estados Unidos de 2004. No obstante, cuando se fue de la máxima categoría, su octava posición en el Campeonato de ese año fue el mejor resultado de un piloto nipón en la F1.

Ayer, Takuma sumó su séptima victoria en la IndyCar. La primera fue en Long Beach 2013 y en la estadística dice que ha obtenido 9 poles y ha estado 12 veces en el podio.

Ama tanto correr que desde que fue Campeón de la F3 Británica en 2001 no ha hecho otra cosa y hoy a sus 43 años de edad, ni piensa en el retiro ni en su Tokio natal.

“Amo lo que hago y mas cuando gano…”