Una triste noticia: falleció Feuerstein

Fernando Feuerstein.

Vivía sólo, cerca de Barcelona y hacía días que no recibíamos artículos suyos para Motormario, de quien fue colaborador por mas de dos años. El “Gordo” Fernando Feuerstein, a quien en nuestro sitio Uds. conocían por “Dosefes”, falleció-aparentemente el 11 de Enero- y aunque hemos confirmado la noticia, todavía ni siquiera sabemos que ocurrió.

Lo conocí hace muchos años, mas de treinta, cuando se iniciaba en su pasión, el periodismo de automovilismo. Un dia, en 1989, tomó la decisión de irse a España y vivió muchos años cerca de Madrid, dónde una vez le visité, en uno de los tantos viajes con motivo de las participaciones europeas de Gustavo Trelles. Le encargamos unas cuantas coberturas para el diario El País y siempre fué un placer leerle. Puntilloso, muy prolijo y de lucída redacción, jamás hubo que corregirle una coma.

Al iniciar Motormario y en la búsqueda de un corresponsal en Europa, pensé en él y enseguida nos pusimos a trabajar juntos. Mandó mas de un centenar de notas, cubriendo sobre todo su gran pasión, el rally, pero también Endurance y noticias referidas al automòvil en general.

Egresado del Deutsche Schule en 1971, el “Gordo” andaba cerca de los sesenta y la última vez que le pregunté por su físico, me respondió “mas grande que nunca…”  Siempre fue enorme y le recuerdo manejando taxis e incluso ambulancias, detrás de alguna peseta para vivir, sentado casi de costado, para entrar, pero sin una queja.

Había que verlo caminar, por ejemplo en un tramo del Cataluña Costa Brava, en subida, por la banquina, seguramente con el corazón a 15.000 rpm y con el único objetivo -en aquellos tiempos- de verle a Carlitos Sainz pasar. Luego, llegaría a la sala de prensa y se tomaría varias horas para ir construyendo su crónica, sin olvidar detalle, pintando la etapa tal cual, con todos los aderezos de una buena nota.

De la persona, siempre supe poco. Sus últimos tiempos vivió en St. Celoni, cerca de Barcelona. ¿Una hermana, una prima…? Nunca se casó ni tuvo hijos y vivió generalmente sólo, ultimamente alimentando su pasión a través de la computadora y escribiendo sus notas o en su facebook.

Tengo un muy buen recuerdo de él y seguramente a muchos les pasará lo mismo, aunque haya que ir bastante atrás en la memoria, a los tiempos en que colaboraba en “La Mañana y El Diario”, en “Vértigo” o caminaba, cansino,  por la calle de boxes de El Pinar.

Se fue “Dosefes” y seguramente en algún lugar, allá arriba, estará buscando una buena curva para ver a Loeb pasar….

Chau Gordo, un gran abrazo y cuando puedas, escribíte algo.

 

 

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