Renault lanzó hace pocos días en Francia un plan estratégico que cambiará totalmente su modelo de negocios para basarlo en la rentabilidad y no en el volumen de ventas, y que prevé recortar inversiones y gastos para alcanzar un margen operativo del 3 % en 2023. El plan, denominado “Renaulution”, coloca a la compañía en “una nueva dirección”, destacó en conferencia de prensa el principal de la marca, Luca de Meo, quien se ha centrado en este proyecto desde su llegada al cargo en julio del año pasado procedente de la española Seat.
Entre las novedades anunciadas estuvo la de un ícono del grupo, el Renault 5 que será eléctrico. El modelo, diseño a Michel Boué, que dicen tardó sólo dos días en trazar las formas del utilitario de 3,5 metros que contaba con motor longitudinal, carrocería monocasco de tres puertas, espacio para cinco adultos y, lo que supuso una auténtica revolución, unos paragolpes de fibra en lugar del metálico.
El principal eje de la nueva estrategia es “desplazar el “centro de atención del volumen de ventas al valor financiero, destacó De Meo en la presentación del proyecto.
En el aspecto técnico, el grupo Renault reducirá de 6 a 3 sus plataformas y de 8 a 4 sus familias de motores. Y, en el frente comercial, el grupo prevé lanzar 24 nuevos modelos de aquí a 2025, de los que al menos diez serán completamente eléctricos. Para ese año, Renault tendrá “la gama de modelos más verde de Europa”, subrayó De Meo.
El grupo tendrá cuatro grandes unidades de negocio: Renault, Dacia-Lada (que estarán más integradas entre sí), la marca deportiva Alpine y Mobilize, una rama dedicada a servicios de movilidad (como vehículos compartidos) y datos, y de la que se espera que suponga al menos el 20 % de los ingresos del grupo para 2030.
De Meo no habló mucho de la alianza con las japonesas Nissan y Mitsubishi, ya que el plan es algo interno de Renault, pero sí destacó que ambos grupos tienen un 80 % de componentes comunes en sus plataformas de vehículos.
LA IMPORTANCIA DE ALPINE
Jean Rédélé, el fundador de Alpine, era el jefe de un taller en la ciudad francesa de Dieppe , que empezó a conseguir un éxito considerable en la competición con uno de los escasos autos producidos en Francia justo después de la Segunda Guerra Mundial.
En 1955 Rédélé construyó un vehículo de competición sobre la base del Renault 4CV obteniendo muy buenos resultados en sus participaciones. El nombre de la marca Alpine procede de estas carreras alpinas donde participó el A106 como el primer modelo de la marca. El nombre vuelve a la competición, reemplazando a Renault este año en la Fórmula 1, con Daniel Ricciardo y Esteban Ocon como pilotos.
Otro de los puntos clave de la estrategia de futuro del Grupo Renault tiene que ver con la agrupación de las actividades actuales de Alpine Cars, Renault Sports Cars y Renault Sport Racing. Todas ellas operarán desde ahora bajo la marca Alpine. El objetivo es que Alpine sea económicamente rentable en 2025, algo en lo que se incluye todo lo que tiene que ver con la competición automovilística.
Los nuevos eléctricos de Alpine pertenecerán a diferentes segmentos, pero tendrán un punto en común. Todos y cada uno de ellos serán vehículos de altas prestaciones. El primero de ellos será un segmento B que partirá de la plataforma CMF-B EV al que Renault se ha referido como un ‘hot hatch’. En segundo lugar Alpine promete un crossover deportivo del segmento C que partirá de la plataforma CMF-EV. Por último, la joya de la corona, el que será considerado como el sucesor del Alpine A110, que además estará desarrollado de la mano de Lotus.