A un año del accidente de esquí de Michael Schumacher, las informaciones sobre la evolución del Kaiser apuntan constantemente a un estado de salud sumamente delicado después de salir del coma inducido y ser trasladado recientemente a su residencia de Suiza, donde un equipo de médicos especializados continúa tratando de mejorar sus condiciones de vida.
Sin embargo, el paso del tiempo no parece haber supuesto un motivo de mejora en la integridad física de Schumacher, y es que los testimonios más cercanos al expiloto de Fórmula 1 apuntaban hace unas semanas a que podía comunicarse con su familia únicamente a través de gestos de la cara y la boca, acentuándose así la dificultad de poder recuperar todas las funciones básicas de su cuerpo en un periodo corto de tiempo.
En cualquier caso, sus más allegados no pierden la esperanza de que vuelva a llevar una vida normal como en el pasado. En este sentido, la publicación italiana Corriere Della Sera ha revelado una noticia ciertamente alentadora para todos los aficionados que ansían la recuperación inminente del alemán, y es que, dentro del silencio que impera en su habitación, Schumacher llora cuando escucha la voz de su esposa, sus hijos y sus perros.
Tratándose de una señal positiva que confirma la integridad de sus emociones, se antoja inevitable destacar la profunda tristeza que suponen las lágrimas de un héroe del deporte sin la posibilidad de transmitir con palabras la impotencia de estar anclado a una cama bajo unas condiciones muy delicadas.
Recientemente, la mánager de Schumacher fue incapaz de establecer un posible tiempo de recuperación hasta que el germano volviera a gozar de la movilidad de todas sus funciones corpóreas. Sin embargo, la esperanza aún no se ha perdido, y existen algunas señales que conducen al optimismo: “Schumacher está haciendo un progreso adecuado teniendo en cuenta la gravedad de sus heridas”, citaban declaraciones de la RTL.
(en base a tycsport.com)
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