Pedro se va abriendo paso y su padre está ahí.
Uno nació en Heidelberg, el mas joven en Brasilia. Uno se llama Nelson Angelo Tamsma Piquet Souto-Maior y el otro Pedro Estácio Leão Piquet Souto Maior. Uno tiene 32 y el otro 21.
Ambos son dos de los siete hijos del tri Campeón de F1, Nelson Piquet Souto Maior, quien hoy tiene 65 años y sigue entusiasmado con el automovilismo como siempre, gracias a que tras su retiro en 1993, tuvo su apellido nuevamente vigente, aunque lejos de con su lustre, cuando su primer hijo, Nelsinho, comenzó a competir y aún lo sigue haciendo, siendo el primer Campeón de la Fórmula Electric. Pero cuando, el primogénito ya dió de sí todo lo mejor (un sólo podio en la F1 tras 28 carreras), ahora aparece Pedro, quien acaba de confirmar que correrá la actual temporada de GP3 con el equipo Trident.
Laszlo, Geraldo, Pedro, Nelson Piquet, Marco y Nelsinho. Faltan Julia y Kelly, las damas.
Todo sea por el apellido que, sólo porque Nelson nació en Brasil, es Piquet, dónde el primer apellido es el de la madre. Sólo así pasó desapercibido de su padre, por aquel entonces Ministro de Salud Pública del gobierno de Goulart, para comenzar sus primeros pasos en el automovilismo, camuflándose aún más al inscribirse como Piket.
Alain y Nicholas Prost.
Para Pedro, hasta ahora, el porte de apellido ha sido una bendición, pero luego vendrá la parte complicada, con la inevitable comparación al padre y sus títulos. Un sicólogo es generalmente quien mejor va como copiloto del hijo para superar la durísima tarea de tener la cara del padre en el espejo. En otros ordenes, se repite exactamente igual, pues los hijos y nietos de Henry Ford nunca fueron lo mismo, no?
Hasta aquí, digamos que llegó sólo, o mas bien con el patrocinio de su apellido. De aquí en más, los escalones serán complicados, como para cualquiera en la escalera, y pronto -salvo que sea la excepción a la regla- surgirá la frase digna de un funeral: “Sí, pero nunca será como el padre…”
¿Y vos? ¿Y yo? Por lo pronto, nunca me acerqué a su carisma. Lo demás queda dentro mío…