De acuerdo a la revista alemana Auto Motor und Sport, Arabia Saudita ha hecho una oferta de 60 millones de dólares para tener una carrera de Fórmula 1 en Riad (así se escribe en español), su capital.
Dicha oferta está en manos de quienes detentan los derechos comerciales de la categoría, la empresa Liberty, y obviamente va a trabajar en ella, y en las posibilidades de un circuito cuya locación en la ciudad no se ha especificado.
El dinero manda, y mientras Barcelona trata de salvar el futuro de su Gran Premio, amenazado por una oferta de Holanda, para el trazado de Zandvoort, los árabes siguen consolidando su plan “Vision 2030”, un programa económico y cultural que empuja el Príncipe Heredero, Mohammed bin Salman, quien busca promover otros ingresos para el Reino, dependiente del petróleo que no parece tener el mismo futuro que pasado.
Comenzaron con la fecha apertura del Campeonato de la Fórmula Electric y luego hicieron una oferta irresistible para que el Dakar se fuera de América del Sur hacia Arabia Saudí, que lo cobijará por cinco años, comenzando en la edición 2020.
Poco importa que piensan los árabes de sus mujeres, de los derechos humanos, en un país muy conservador que ha instrumentado pequeños cambios que demoraron décadas como el permitir que las damas manejen por la calle.
Estoy seguro que en horas comenzarán las críticas que se irán tapando con fajos de billetes, pues así funciona el mundo. No me engaño, sólo lo marco, aunque Ud. también lo sabe.