El tema “Black Lives Matter” ha sido otra de las bombas de las que periódicamente han seguido explotando en los Estados Unidos tras la Guerra en la cual cuando el Norte derrotó al Sur, la esclavitud quedó abolida, fecha celebrada el pasado 17 de Junio.
Esas bombas no le han hecho mas que cosquillas a una sociedad dónde -si buen pueden haber menos- quedan muchísimos blancos ejerciendo su explícito o no tanto, dominio sobre el negro que, en la generalidad de los casos es quien tiene peores posibilidades de educación, de empleo y de suceso en el marco empresarial. ¿Como no van a ser mayoría los negros arrestados, si mayoría son los negros pobres e incultos?
En fin, un tema que tengo en mi mente desde que a mis 16 años llegué, becado, a estudiar al Allegan High School en Michigan. No mas de 5% de los estudiantes eran negros y sólo se les tenía en cuenta a la hora de integrar los planteles de basquetbol y atletismo. Me tocó, en este último al correr la posta 4 x 220, el tener de compañeros a tres, entre ellos a Tommy Mitchell, que era tan rápido que a su vez corría las 110 y 220 yardas. Competíamos por todo el estado, y nunca perdió, en líneas de partida generalmente integradas por otros negros, pues en distancias sprint, la “superioridad de la raza” es notoria, como lo es con los “negros africanos” en las distancias medias y largadas.
Según estudios los atletas de origen africano tienen las piernas más largas que sus rivales de origen euroasiático, lo que sitúa su ombligo, de media, 3 centímetros más arriba. El resultado es que los atletas negros tienen una “altura escondida” de un 3% superior a los blancos, lo que les confiere una sensible ventaja en el sprint. Según una investigación “la locomoción es en esencia un proceso continuo de caída hacia delante, y la masa que cae de una altitud superior cae más rápido”.
Las pruebas de la supremacía negra son aplastantes: mientras Usain Bolt detenda el récord de los 100 llanos desde 2009 con 9″58, el francés Chirtophe Lemaitre se convirtió el pasado 8 de julio en el primera atleta blanco en bajar de los 10 segundos. Detrás del jamaiquino, los mejores tiempos también son de otros negros: Justin Gatlin, Asafa Powell, Tyson Gay y Yohan Blake.
Recuerdo como a Tommy le gustaba una chica blanca, y que a él le parecía ser correspondido. Una sóla vez se le acercó a hablar y un gordito blanco, amigo en común, le sugirió que lo hiciera mas en privado. Era 1971.
Algo parecido sentí en Inglaterra cuando viviendo en Newton Pagnell, Gonchi tenía de vecinos a un matrimonio pakistaní con tres hijos. Estaban asombrados de cómo Gonchi los saludaba y hablaba con ellos, ofreciéndoles llevarles a un entrenamiento (F3) en Silverstone. No era común. Mas bien la excepción.

Impensable hace décadas. Jackie Stewart y Lewis Hamilton. Suman nueve títulos de la F1 entre los dos.
Sería larguísimo seguir enumerando ejemplos, pero mucho mas corto el camino si nos dedicamos a ver como se ha progresado en esto. Los países europeos que fueron colonialistas tuvieron que aceptar como “ciudadanos” a quienes lo eran pero estaban lejos, y que un día comenzaron a aparecerse por París, Londres, Frankfurt, etc. etc. No se cuantos se han integrado -o los han dejado integrarse- y por lo general los emigrantes africanos de los ultimos 20 años viven en bolsones fáciles de identificar.
Las generaciones se han ido sucediendo, pero busquemos -juntos- dónde por ejemplo se han destacado los negros. O quizás, dónde les han permitido destacar…Fútbol, por cierto, hasta tal punto que hoy la Liga Francesa parece la Africana. Son veloces, técnicos y buscan consolidar sus futuros familiares jugando en la elíte.
También en el Basquetbol: Michael Jordan, Magic Johnson, Le Bron James, Kobe Bryant, Bill Russell, Wilt Chamberlain y apenas por ahí aparece un Larry Bird, rubio y con condiciones técnicas -algo mas rudimentarias- como para estar a la altura de ser Campeón de la NBA.
En el Tenis, Arthur Ashe fue la primera excepción a la regla, ganando el US Open y luego lo conseguiría en Wimbledon. Luego, muy poco (Malivai Washington, Yannick Noah, Wilfried Tsonga, Jonathan Blake) y así llegamos a las Williams, Venus y Serena, excepciones absolutas en el deporte blanco para las jugadoras de color.
En Natación, aún menos, tanto que el único negro en ganar una medalla de oro en un Juego Olímpico (justamente el primero que cubrí) fue el surinamés Anthony Nesty, en Seúl 1988. Los negros no destacan por ser buenos nadadores, pues dan un hándicap debido a su constitución física, ya que poseen una mayor proporción de fibra muscular de tipo veloz, más adaptada para una reacción explosiva que para el esfuerzo continuado que requiere la natación. Además, los negros tienen un esqueleto más denso, lo que les hace algo más pesados en el agua.
¿Se imagina a una persona de color jugando al Polo?
Bueno, así de difícil era anticipar que un día llegaría un tal Lewis Hamilton a la cima de la Fórmula 1. Es que hasta ese momento, sólo el norteamericano Willy T Ribbs, nacido en California en 1955, había logrado probar un auto de la máxima categoría (en 1986, en el autódromo de Estoril y en el equipo Brabham de Bernie Ecclestone). No conformó por lo que volvió a Estados Unidos dónde con el apoyo del cómico Bill Cosby se dedicó a la CART (hoy IndyCar) siendo en 1991 el primer afro americano en lograr clasificar para las 500 Millas de Indianápolis. Mas tarde se retiraría del automovilismo hacia una disciplina dónde le fue mucho mejor: el tiro al plato.
Muchos esfuerzos colectivos se hicieron en los Estados Unidos para tener a mas afroamericanos en el automovilismo. Entre ellos, la fundación en 1973 de la “Black American Racers Association” buscando aunar esfuerzos en Stock Cars, Monopostos y hasta Drag Racing, pero salvo algunos casos excepcionales con pilotos participando en pruebas de la NASCAR, la escalera estaba rota -como hoy- en sus primeros escalones. ¿Cuantos negros tenían esa vocación y a cuantos padres con dinero suficicente como para bancar las primeras experiencias? Una cosa es agarrar una pelota, otra muy distinta es meterse a ser piloto en un mundo dónde lo que prima es el negocio.
¿Se imaginan a Lewis Hamilton sin Ron Dennis y el impulso de Mc Laren, cuando el hoy Campeón tenía sólo 12 años? ¿Se imaginan dónde habría quedado si no hubiera resultado realmente bueno desde que tuvo que empezar a probarlo? Evidentemente resultó la excepción a la regla, y así lo siente en su interior, lo que le motiva a colocar su voz y fantástica foja de servicios por una causa -el racismo- por la que mucho se podría hacer, pero salvo que lo midamos en décadas, poco ha resultado.
El tema es muchísimo mas profundo. Va hacia las raíces, de aquellos esclavos a los negros de hoy. De la mentalidad del blanco que mira -aunque lo disimule- con desdén a lo que viven otros a su alrededor.
Es que en definitiva he visto muchos intentos de provocar cambios, generalmente azuzados por ejemplo por la muerte de George Floyd en Minneapolis o de Rayshard Brookes en Atlanta. Y puede que se vaya a notar un cambio en la mentalidad de la policia norteamericana para el manejo de estos casos. Pero las raíces del árbol no están bien y por mas que algunas flores den ánimo, el problema sigue tan vigente como desde hace años, amenazando con explotar un día de estos….
Ah, mirá que ni en Uruguay, Argentina ni Brasil hay ejemplos de pilotos de color….