La imagen es clara y dice sobre la fortuna que tuvo Sebastian Vettel tras el toque con Bruno Senna. Pudo seguir, último en la fila india, pero luego se las arregló -en gran tarea- para terminar sexto, consiguiendo los puntos necesarios para celebrar el tercer título consecutivo.
Lo que hoy se sabe es que el equipo temió y mucho por las consecuencias del toque, llegando a pensar en que la posibilidad del abandono era importante. Es que luego del toque, el auto de Bruno volvió a pegarle, de costado, dañando el lateral del Red Bull de Sebastian.
El propio Christian Horner habló del daño: “hubo bastante daño al sistema de escape y son partes muy sensibles, de manera que estuvimos preocupados toda la carrera…”
Adrian Newey, diseñador del auto, fue visto en la TV analizando una fotografía del lateral del auto, aún en carrera, y luego expresó que el daño estuvo justo en el límite de lo que el RB8 podía asimilar: “Fue exactamente el máximo que el auto podía y pudo finalmente soportar. Tuvimos que monitorear las cargas, y percibimos en varios momentos que el auto perdía downforce, particularmente atrás, por eso en la primera detención ajustamos un poquito el alerón delantero, pero atrás no había nada que pudieramos hacer. Otro problema era el propio escape, y habían serias posibilidades de que se incendiara, tocando la carrocería y a esa altura todo habría terminado. Por ello cambiamos el mapeo del motor, para minimizar la temperatura del escape perdiendo algo de perfomance, pero con la idea de llevar al auto hasta el final….”
Las caras de alivio de Horner, Marko y Newey al final eran una clara muestra de lo que habían sufrido en este Gran Premio que finalmente también les aparejo el título de pilotos.
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