La mañana de la última etapa comenzó con un serio problema para Ogier. Cuando iba en marcha de enlace hacia la largada del PC 1, un auto particular lo pasa por la derecha, el francés no lo vió y volanteó un poquito hacia ese lado, suficiente para el contacto que limó el sector derecho de la carrocería del Yaris WRC.
Los daños no fueron graves, pero suficientes para afectar la aerodionamia, a tal punto que en el PC 17 la ventaja bajó de 6″9 a 4″2; en el PC 18 Evans superó en la general a “Seb” por 2″8, y en el PC 19 el galés estiró la diferencia a 3″8. Todo estaba servido para que Elfyn, el hijo de Gwyndaf, se llevara a sus 32 años su duodécima victoria mundialista.
Por reglamento, largaron 3-2-1. Neuville (Hyundai) que estaba 8″ de Ogier, se equivocó varias veces e hizo un tiempo sólo regular; luego fue el turno de Ogier, 8.14″ para el Power Stage (SS20 Zagorska Sela – Kumrovec 2) de 14 kms, y contando un pequeño error. Y le tocó a Evans y el galés, con dos errores -incluyendo un paseo por un montículo de pasto- regaló el triunfo. Largó con 3″8 de ventaja y su tiempo fue 4″4 peor que el de Ogier. Resultado final: 1) Ogier y 2) Evans a 6 décimas de segundo.
El festejo en el equipo Toyota por el 1-2 fue abrazos y cantos, pero no me imagino un segundo lugar mas decepcionante para Elfyn que éste, en las afueras de Zagreb. Dudo que así hubiera querido Ogier que fuera su victoria “51”, pero bueno, a la mala suerte de la mañana la compensó lo de la tarde.