Sébastien Ogier concluyó la primera etapa del Rally de Australia como el líder, con escaso margen frente al segundo clasificado, su compañero de equipo Jari-Matti Latvala, con Andreas Mikkelsen tercero, en un uno-dos-tres parcial para Volkswagen. La renta de Ogier tras ocho pruebas especiales es de 0.4 segundos frente a Latvala, y de 3.5 segundos frente a Andreas Mikkelsen.
Los neumáticos han sido todo un reto para las tripulaciones en las primeras pruebas especiales. Es que en la inaugural, de 10.78 km, estuvo con barro, y la segunda, de 10.72, mucho más seca. Así, los pilotos han improvisado alternativas con caucho blando y duro, para mejorar el grip.
Fue Sébastien Ogier el primero en liderar la clasificación general, tras un muy buen tiempo en el primer tramo luego de abrir la pista. Ogier se mantuvo puntero hasta el tercero, cuándo Meeke pasó a liderar la competencia. Meeke fue el más veloz en la segunda pasada por el primer tramo, y se adjudicó la general, que mantuvo hasta dos especiales para el final del día. Es que Latvala también supo comandar la carrera, aunque un problema en sus frenos le impidió seguir empujando.
Los tiempos fueron muy parejos, con Latvala y Ogier adjudicándose la victoria en el resto de las pruebas especiales del día, aunque Meeke se mantenía al frente. El liderato de Ogier en la general sobrevino en la última prueba especial, pese a mostrarse preocupado por unas fugas en su radiador.
Meeke quedó cuarto, a 4.1 segundos, pero en la segunda etapa será el último WRC en salir, lo que puede darle alguna ventaja.
La jornada del sábado constará de dos bucles de dos especiales. Cada uno de ellos comenzará con el monstruoso tramo de Nambucca, de 48.92 kilómetros. El día concluirá con la repetición de las dos pasadas al corto tramo de Coffs Harbour, celebradas el día anterior, que sumarán un total de 118.88 kilómetros de acción.
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