Ya venía de dos días de frustración, pues el contrato firmado con Jensen Global establecía que el F4 debía estar pronto para que Maite entrenara en la mañana del miércoles. Y no lo estuvo ni ese día, ni el jueves y tampoco hoy.
El incumplimiento de contrato fue llevado ante las autoridades de la categoría quienes recibieron a su vez una carta del Automóvil Club del Uruguay, en respaldo de Maite. Pero sin el auto, era imposible seguir adelante con la clasificación y las carreras del fin de semana en Summit Point, West Virginia.
El esfuerzo económico, el viaje y toda la ilusión de nuestra compatriota, y su familia, quedaron de a pie, en boxes, consolados por el aliento de dichas autoridades y de los jefes de los otros equipos que no podían entender el mal proceder de Eric Jensen.
A tanto llegó el apoyo que hasta le consiguieron un auto de otra de las categorías que corren allí este fin de semana, la Fórmula 1.6 ( de mayor potencia que un F4) para que Maite al menos pudiera conocer la pista en uno de los entrenamientos de dicha categoría, lo que hizo, quedando muy agradecida por la gente de bien que como tal se comportó.
Vistos sus tiempos, la invitaron a seguir con la clasificación, pero Maite, junto a sus padres, decidieron que no, pues no era a lo que habían ido, que el auto le era totalmente desconocido y que debía ir directamente a la clasificación, lo que no era serio. Y claro que no!
De cualquier forma, los Cáceres quedaron muy agradecidos por la actitud de la Eastern F4 y de las otras categorías, que corren junto a ella, por tanta contención y apoyo en horas de frustración por no tener el auto contratado a disposición para cumplir el plan proyectado.
En las próximas horas sabremos mas respecto a como terminará esta experiencia para Maite en los Estados Unidos.