¿Por un punto mas valía la pena arriesgar los 25 o parte de los que ya tenía Max Verstappen en sus bolsillos al final del GP de Austria, cuando le llevaba mas de 23 segundos a su escolta?
¿Si o no?
Cero que el porcentaje mas alto sería “No”, pero cuando Max pidió para entrar a cambiar por neumáticos nuevos faltando tres vueltas, y le dijeron que entrara nomás…lo que implicaba un riesgo, no lo fue, la parada fue fenomenal y el neerlandés se fue a pista para un giro de “calentamiento” a sus gomas y luego sí, lanzado, a quedarse con el récord de vuelta que le permite ahora exhibir 81 puntos de ventaja sobre Checo.
Reflexionando sobre los peligros potenciales de parar cuando los márgenes eran tan estrechos, el jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, reconoció que la confianza que tenía en su equipo para hacer todo bien significaba que no sintió que era demasiado arriesgado.
Hablando de la última parada, Horner dijo: “Era la primera vez que volvíamos aquí desde el fallecimiento de Dietrich, así que fue muy conmovedor que el equipo tuviera una gran actuación hasta el final”.
“Decidimos ir por la última vuelta, la vuelta más rápida en la última vuelta, a pesar del riesgo que suponía fallar en una parada en boxes. Eso (la ausencia de Mateschitz) estaba en mi mente y su mantra siempre fue que sin riesgo no hay recompensa”.